Procrastinación Artificial | Banda sonora por Wintergatan

Desde el Año del Señor 2023 hay un chingo de gente haciendo lo que he llamado Procrastinación Artificial™. ¿El resultado? Charlatanes pontificando sobre la panacea la ingeniería de prompting y textos de calidad estándar, nunca excelente, que están siempre listos para enviar.

Esta entrada de blog la estuve escribiendo en un software llamado Notion. Si doy 'Enter' para moverme a un nuevo bloque y oprimo la barra espaciadora, puedo pedirle favores a un método integrado de inteligencia artificial con el que puedo delegar distintas tareas relacionadas con la producción de texto, como por ejemplo hacer una lluvia de ideas, traducir cosas, corregir errores gramaticales y de tipografía, extender este párrafo sin tener que esforzarme nada, etc.

Artificial

La última vez que revisé, la herramienta de inteligencia artificial de Notion corría usando GPT-3, pero lo hacía en una interfaz diferente y de manera integrada. El punto es que puedo automatizar la tarea de producir texto, ya sea ingresando directamente a la página de OpenAI o a través de alguna integración, como la mencionada en Notion.

¿El problema? Pues que, para muchas tareas de producción de texto, específicamente para la mayoría de las que yo hago, la idea de delegarle la tarea a un método de IA es una ilusión. No tengo nada contra las ilusiones en general, pero sí tengo algo en contra de las que no identificamos como ilusiones, y que terminan induciendo al desplazamiento de lo que tienen ciertas cosas de valiosas.

En el caso en cuestión, ¿qué tiene de valioso un texto? Depende del texto. Van algunos ejemplos (con sesgos). Un expediente tiene, entre otros, el valor de dejar registro ordenado de algún proceso, alguna gestión, algún flujo. Una novela tiene, entre otros, el valor del entretenimiento, de afinar el oído mental, de conectarnos con alguien más. Un poema tiene el valor de incomodarnos, hacernos reír ante lo horrible, de abrir el sentido de los objetos, las personas, las relaciones. Esta entrada de blog tiene el valor de hacerte pensar en algo nuevo, de darte una lista no semi-estructurada de hiperenlaces en La Web, de apuntarte hacia lados que acaso te interese guardar en tu lista mental de cosas por pensar en el futuro.

Entonces, alguien que escribe tiene la necesidad práctica de cumplir con la entrega, de honrar un compromiso previo o de explorar un tema para informar, entretener o regalar algo a los demás. Esto toma distintas formas con el expediente, la novela, el poema o la entrada de blog. ¿El negocio del método de la IA? Vender la facilidad con la que algún gólem incipiente (específicamente del tipo LLM) cumple por ti y por mí alguna tarea que tengamos que entregar. Es la versión específica de la estrategia de mercadeo que tiene cualquier otra tecnología de automatización.

El mercadeo está orientado a quienes, como tú y como yo, tenemos que producir, por la razón que sea, un texto. La ilusión que te venden es sofisticada, sutil, imprecisa, pero es una ilusión: el mensaje es que hay algo ahí (la facilidad de producir un texto) que en realidad no hay (la producción del texto es siempre, en todo caso, difícil [porque entrenar a un gólem es una tarea lejos de ser trivial]).

El resultado: terminamos convencidos, en la práctica, de que lo importante es que el texto, sea como sea, exista. Que el valor del texto es el texto mismo. Que deberíamos valorar la facilidad con la que el texto es producido, así, en la voz pasiva. La terapia: dejé de escribir en Notion ayudado de la integración con GPT.

Procrastinación

Quizás el peso completo de mi idea de Procrastinación Artificial descansa en la idea de que producir un texto valioso va más allá de optimizar, dentro miles de millones de parámetros, aquellos relevantes para alguna tarea.

Mi idea es que el hecho de que tú y yo escribamos un texto es una tarea distinta a la tarea que hace GPT-3 cuando identifica los millones de parámetros relevantes a tu pregunta y los optimiza aproximadamente con su respuesta. No mejor ni peor, sino distinta. Y que nuestros estándares de qué es calidad en un texto son imprecisos, moldeables, sujetos a nuestros caprichos y esperanzas. Y que GPT-3 o GPT-4 producen textos de calidad estándar en el sentido en que esta calidad depende de un conjunto existente de textos utilizados para su entrenamiento.

Entonces la Procrastinación Artificial es una instancia sutil, difícil de resistir, de la misma tendencia que nos lleva a dejar de escribir el expediente o el poema, o lo que sea, y nos empuja a sentir la urgencia de quitarle cada tecla al teclado para dejarlo impecable por dentro. Es uno más de los algoritmos que nos cosquillea el tronco del encéfalo. El estímulo consiste en la facilidad con que satisfacemos el anhelo profundo que nos llevó a autoimponernos la tarea de escribir o que nos llevó a buscar un empleo que requiere la producción periódica de informes.

Coda agnóstica

Otra gente más competente que yo ha apuntado a lo engañoso de la pelea entre doomers y boomers. Yo también estoy casi convencido de que este pseudodebate hace caso omiso de la imposibilidad de predicción inherente de las nuevas tecnologías. Quizás dentro de unos 200 años podemos conversar de nuevo para reevaluar la pregunta por la importancia relativa de la IA que produce textos en la tarea humana de encontrar periódicamente valor en la escritura. Por ahora, me parece que la única salida es decir que no sabemos (bien, todavía) qué nos aporta la IA a nosotros, a los que nos gusta leer y escribir. Ser agnóstico puede ser angustiante o refrescante. Depende de cómo te sientas cuando te pierdes de las últimas noticias.

Banda sonora por Wintergatan

Espero que te haya quedado claro que no tengo nada contra la automatización, sino todo lo contrario. Va a continuación un ejemplo.